¿Por qué un blog?
Hace un par de semanas charlaba con Lowfirocker (que hace mucho que no postea) sobre la funcionalidad de un blog... o tal vez la no funcionalidad. ¿Por qué dedicar tanto tiempo a una actividad cuyo principal rédito es narcisista? ¿Que a tu blog entren doscientas personas por día (y no hay un interés económico de por medio) te hace una mejor persona o es sólo un insulso ejercicio de ego?
La comentarista de blogs Veronique, en su comentario titulado "De por qué odio el género blog..." sostiene esto último. "¿Qué hago si tengo un blog? ¿Pongo una foto mía divina tan armada e irreal como el post maravilloso que escribo? Me muestro, como una modelo, como un actor y después “cuento” la cantidad de visitantes porque eso me legitima, como el rating…" Pero Veronique olvida que el blog permite un feedback de esa imagen (que no siempre es maravillosa), muchas veces un feedback negativo. Sí, es un modo de exponerse, y es cierto que toda exposición voluntaria requiere de cierto egocentrismo, pero también es un riesgo; de ese riesgo proviene lo que hace a los blogs un elemento de comunicación único. Volviendo al comienzo de este post, lo que le decía a Lowfi es que para mí el blog es un modo de mantenerme en contacto; uno muy exitoso por cierto: he conocido gente nueva (aun no en persona, pero tal vez no falte mucho), mediante mi blog gente de distintos ámbitos se ha contactado gracias a afinidades culturales y hasta laborales, en cierto blog amigo hemos presenciado como se gestaba una cita entre dos comentaristas. Es decir, poco a poco vamos formando una comunidad virtual, en el sentido más estricto del término. No puedo dejar de asociarlo con la idea de un happening: un acto artístico semi-espontáneo donde lo único que importa en su origen es el acto mismo, que involucra a mucha gente y cuya influencia, a veces, perdura en el tiempo.
La semana pasada volví a tener una conversación similar, esta vez con Darío cuando me dijo que pensaba eliminar su blog... justo el suyo que es uno de los más generosos que he visto, donde logró cierto equilibrio de target entre su gente cercana y algún interesado que pasara por allí buscando... ya saben qué. No soy Sushi, soy estrella de Rock agradece que se haya retractado.
Y a veces es bueno tomar cierta distancia, dejar descansar el blog, y ver si es extrañado, anque sea un poquito.
Fiel a mi estilo, me permito recomendar cuatro posts:
Blogudo cita una frase célebre.
Melibé escribe un genial cuento corto, del estilo Monterroso
El post ganador del premio No-Sushi a la ternura
Un post viejo de Lowfirocker como para que vuelva a escribir cosas como esta...
La comentarista de blogs Veronique, en su comentario titulado "De por qué odio el género blog..." sostiene esto último. "¿Qué hago si tengo un blog? ¿Pongo una foto mía divina tan armada e irreal como el post maravilloso que escribo? Me muestro, como una modelo, como un actor y después “cuento” la cantidad de visitantes porque eso me legitima, como el rating…" Pero Veronique olvida que el blog permite un feedback de esa imagen (que no siempre es maravillosa), muchas veces un feedback negativo. Sí, es un modo de exponerse, y es cierto que toda exposición voluntaria requiere de cierto egocentrismo, pero también es un riesgo; de ese riesgo proviene lo que hace a los blogs un elemento de comunicación único. Volviendo al comienzo de este post, lo que le decía a Lowfi es que para mí el blog es un modo de mantenerme en contacto; uno muy exitoso por cierto: he conocido gente nueva (aun no en persona, pero tal vez no falte mucho), mediante mi blog gente de distintos ámbitos se ha contactado gracias a afinidades culturales y hasta laborales, en cierto blog amigo hemos presenciado como se gestaba una cita entre dos comentaristas. Es decir, poco a poco vamos formando una comunidad virtual, en el sentido más estricto del término. No puedo dejar de asociarlo con la idea de un happening: un acto artístico semi-espontáneo donde lo único que importa en su origen es el acto mismo, que involucra a mucha gente y cuya influencia, a veces, perdura en el tiempo.
La semana pasada volví a tener una conversación similar, esta vez con Darío cuando me dijo que pensaba eliminar su blog... justo el suyo que es uno de los más generosos que he visto, donde logró cierto equilibrio de target entre su gente cercana y algún interesado que pasara por allí buscando... ya saben qué. No soy Sushi, soy estrella de Rock agradece que se haya retractado.
Y a veces es bueno tomar cierta distancia, dejar descansar el blog, y ver si es extrañado, anque sea un poquito.
Fiel a mi estilo, me permito recomendar cuatro posts:
Blogudo cita una frase célebre.
Melibé escribe un genial cuento corto, del estilo Monterroso
El post ganador del premio No-Sushi a la ternura
Un post viejo de Lowfirocker como para que vuelva a escribir cosas como esta...