Gracias a la inminente mudanza, me vi obligado a revisar antiguos diskettes... y saben, resulta que sí tenía muchos textos backapeados después de todo... (ante cualquier duda, ver la segunda entrada de este blog). Para festejar el reencuentro, he decidido subir esta pequeña pieza.
¿Se encuentra usted bien?
Cerrar una puerta contra tu cabeza / La semana pasada creí que estaba mejor, pero todavía tengo ese impulso / una, dos, tres veces, ver desparramada tu sangre contra el marco / que ya no sé cuánto más podré retenerme. El otro día en la oficina tuve que salir durante una reunión porque usted no sabe como me irritaba el tipo que se sentó al lado mío, un tal / clavarte los dedos en los ojos, morderte la nariz y no soltar no importa cuánto te sacudas, cuánto grites, cuánto sangres / Gutierrez de marketing, y en realidad no sé por qué: lo único que hacía era acomodarse en la silla o juguetear con un lápiz; no podía quedarse quieto… llegó un punto en que me molestaba / cortarte la cara, hasta sacarte la mandíbula, clavarte el cuchillo en el pecho y romperle la hoja al tratar de sacártelo, verte correr desesperado sin poder sacártela / cada pequeña cosa que hacía. Lo que me sorprende es que en esos instantes ninguno de los de alrededor se da cuenta de lo que me pasa. Debe ser porque logro reprimir esos impulsos, pero el día de mañana, quién sabe, tal vez provoque una desgracia. No se imagina las cosas que se me ocurren, son terribles, ni quiero mencionarlas… tengo muy claro que no quiero / molerte a patadas en las costillas hasta que escupas sangre y luego hacerte lamer lo que escupiste / herir a nadie, en realidad no. Cada vez surten menos efecto las técnicas de respiración que me enseñaron en la clase de yoga que me recomendó. Además me volvió a suceder con la secretaria de mi jefe ¿se da cuenta lo que le digo? yo jamás le pegué a una mujer en mi vida pero el lunes cuando vino a buscarme me volví loco / un palo, romperte la cabeza con un palo, seguir aún cuando estés en el suelo, hasta que tu rostro no se distinga entre el pelo y la sangre / al menos, como siempre, pude contenerme, porque si no… No sabe lo que significa para mí poder hablar con usted que sé que como profesional me comprende, pero apenas salgo de acá vuelvo a sentirme solo. Usted es la única persona con la que compartí esto / presionar tu cuello hasta que te pongas azul, hasta escuchar tus quejidos de ahogamiento, hasta que por fin dejes de hablar, que por fin te calles la boca, estoy harto de verlos todos los días quejarse ahí acostados como si fueran el centro del mundo, son todos despreciables, cómo los odio / ¿Se encuentra usted bien, Doctor?