Alguien lo tenía que decir
Sobisch 1%
Entre Dios y los hombres hay una distancia infernal
Página 12
James Watson, las mujeres y los negros
Por Leonardo Moledo
El escándalo producido por los dichos de Don James Watson, Premio Nobel 1953 y codescubridor de la estructura de la doble hélice junto al fallecido Francis Crick (de quien, si mal no me acuerdo, Watson decía que era más inteligente o más imaginativo que él), provocó una oleada de rechazos y acusaciones de racismo. Justas, pero más justas serían acusaciones de imbecilidad.
La discusión sobre quiénes son más inteligentes que quiénes carece de sentido, desde ya, porque nadie puede definir con asomos de claridad lo que es la inteligencia (¿el que juega mejor al ajedrez?, ¿el que se las arregla para resolver problemas matemáticos con menor dificultad?, ¿el que resuelve el problema de la supervivencia en condiciones en que otros no lo harían?, ¿el que se aprovecha y se apropia de la ayuda norteamericana con criterios norteamericanos y la deposita en bancos norteamericanos para disfrute personal?).
Pero carece aún más de sentido cuando se aplica a grupos humanos enteros, como “los negros, los blancos, los verdes o los amarillos”. ¿Hay una correlación directa entre la forma en que los pigmentos de la piel absorben la luz y algunos de los factores citados más arriba? El simple hecho de atacar las posturas de Watson es caer en la trampa y aceptar una discusión que está muy por fuera de los rumbos tanto de la ciencia como de la evolución social y política. Tal es el truco. Watson no quiere imponer sus posiciones: quiere que se las discutan, y sólo con eso se da por satisfecho, ya que instala un problema cerrado, del mismo modo que los antievolucionistas norteamericanos.
El grave problema aquí es la persistencia de personas o grupos que, ya sea para brillar por sus exabruptos, ya sea por convencimiento, necesitan sentirse parte de grupos superiores a otros. En el siglo XIX la historia era con las mujeres: Gustave Le Bon, el fundador de la psicología social y autor del muy famoso libro La psicología de las masas (1895), espantado ante las propuestas de algunos reformadores norteamericanos, que querían facilitar el acceso de las mujeres a la educación superior, escribía: “El deseo de darles la misma educación y, como consecuencia, de proponer para ellas los mismos objetivos es una peligrosa quimera... El día en que, sin comprender las ocupaciones inferiores que la naturaleza les ha asignado, las mujeres abandonen el hogar y tomen parte en nuestras batallas, ese día se pondrá en marcha una revolución social y todo lo que sustenta los sagrados lazos de la familia desaparecerá”.
Naturalmente este tipo de cosas se apoyaba en argumentos científicos (como los que usaría después el darwinismo social). En algunos círculos antropológicos y médicos franceses se puso de moda considerar la inteligencia proporcional al peso del cerebro. Paul Broca (1824-1880), profesor de cirugía clínica de la Facultad de Medicina de París, fue un líder de esta corriente y fundó la craneometría: sobre una muestra de doscientos cadáveres, calculó el peso medio del cerebro masculino y el femenino y concluyó que el hombre era 181 gramos más inteligente que la mujer. (Watson podría proponer mediciones parecidas respecto de la “ayuda” del FMI.) Naturalmente, hubo quien objetó esta linealidad entre tamaño e inteligencia, y el contraargumento de Broca es interesante: “Como sabemos que las mujeres son menos inteligentes que los hombres, no podemos sino atribuir esta diferencia en el tamaño cerebral a la falta de inteligencia”. Lo cual demuestra que las mujeres son menos inteligentes que los hombres, como ya sabíamos.
Hay algo que siempre sorprende entre estos fanáticos de clasificación de la inteligencia; ninguno, que yo sepa o haya oído, y por más científicamente que haya trabajado, llegó a la conclusión de que su grupo era menos inteligente que otros. Por alguna misteriosa razón, que Watson quizás pueda explicar, siempre el grupo estudioso de la inteligencia queda en la punta de la pirámide: ¡oh casualidad!
Miremos esta perla salida de la pluma del inefable Le Bon, psicólogo social y que se publicó en la revista antropológica más importante de Francia, allá por 1870: “En las razas más inteligentes, como entre los parisienses, existe un gran número de mujeres cuyo cerebros son de un tamaño más próximo al de los gorilas que al de los cerebros más desarrollados de los varones. Esta inferioridad es tan obvia que nadie puede discutirla siquiera por un momento. Todos los psicólogos que han estudiado la inteligencia de las mujeres reconocen que ellas representan las formas más inferiores de la evolución humana y que están más próximas a los niños y a los salvajes que al hombre adulto civilizado. Sin duda, existen algunas mujeres distinguidas, muy superiores al hombre medio, pero resultan tan excepcionales como el nacimiento de cualquier monstruosidad, como, por ejemplo, un gorila con dos cabezas; por consiguiente, podemos olvidarlas por completo”.
Bonito, ¿no? Pero no muy lejos de Watson. Lo que los dichos de Watson sí demuestran, y sin lugar a dudas, es que haber ganado el Premio Nobel no es necesariamente un signo de inteligencia. Quizás Watson aspire al Ignobel del año que viene.
 
  Y lo festejamos con una foto de las musas inspiradoras de este blog:
 Y lo festejamos con una foto de las musas inspiradoras de este blog: Tal vez el mejor video musical hecho con flash de la historia.
 Tal vez el mejor video musical hecho con flash de la historia. 
 
     Animación sobre lo que podría llegar a ocurrir en alguno de los lugares que recomienda este blog sobre bodegones.
  Animación sobre lo que podría llegar a ocurrir en alguno de los lugares que recomienda este blog sobre bodegones. 
 
     Todavía no sé si esta animación es brillante o es una estupidez (o algún término medio). Pero imagino que sí es muy difícil que a uno le parezca indiferente.
  Todavía no sé si esta animación es brillante o es una estupidez (o algún término medio). Pero imagino que sí es muy difícil que a uno le parezca indiferente. 
 
    
 
     
  
     
  
     
  
 
     .
. 
 
     Un juego para todos aquellos nostálgicos de los videojuegos de nuestra infancia que siempre quisieron luchar contra las Chicas Superpoderas. Si si, los reto a encontrar todas las referencias que hay a otros juegos... dicho sea de paso, ¿qué diablos es un Domo Kun?
  Un juego para todos aquellos nostálgicos de los videojuegos de nuestra infancia que siempre quisieron luchar contra las Chicas Superpoderas. Si si, los reto a encontrar todas las referencias que hay a otros juegos... dicho sea de paso, ¿qué diablos es un Domo Kun?  
 
     Jag Sameaj a todos
Jag Sameaj a todos 
 
     
 
 
  Algún italiano hizo esta pequeña animación... digna de casi cualquier país en vías de desarrollo, que la disfruten.
 Algún italiano hizo esta pequeña animación... digna de casi cualquier país en vías de desarrollo, que la disfruten. http://www.newgrounds.com/portal/view/239712
http://www.newgrounds.com/portal/view/239712  
     
  
 
     Estuve a punto de escribir un post interesantísimo. En cambio perdí mi tiempo jugando a esto:
 Estuve a punto de escribir un post interesantísimo. En cambio perdí mi tiempo jugando a esto: 
  
 
     . La vemos aquí presentando lo que parece ser una olla vacía. Les cedo a ustedes la libertad para elucubrar (me encanta esa palabra) qué habrá en su interior, qué oscuros ingredientes habrán conformado esa misteriosa receta...
. La vemos aquí presentando lo que parece ser una olla vacía. Les cedo a ustedes la libertad para elucubrar (me encanta esa palabra) qué habrá en su interior, qué oscuros ingredientes habrán conformado esa misteriosa receta...  
 
     
 